Arq. Jorge Villavisencio Ordóñez
En la introducción que hace Josep Picó, explica los diferentes alcances de lo que es la “Modernidad “y la condición posmoderna, como también de los grandes pensadores como Popper-Adorno (años 60) del Positivismo; Habermas (años 70) sobre la Teoría de la Critica y la Hermenéutica; así como de los pensamientos Baudelaire, Simmel y Benjamin, entre otros.
En principio, enmarca la condición del proceso de los que es “modernidad” y la posición “posmoderna”, atribuye que hay un agotamiento en la “razón”, que implica en un cansancio, por consiguiente no genera nuevas ideas en la sociedad, citamos como ejemplo, que en el arte no establece nuevas normas estéticas. Como también de una “secularización” sin fronteras, y que todo esto puede llegar a una condición de subversión de la sociedad. Bajo nuestro punto de vista, en un casi termino o finalización de lo que es la modernidad, que nos ha ofrecido a través del tiempo (racionalidad) y por eso llegamos a un comportamiento eclético de lo que viene sucediendo, en caso de la arquitectura y su Teoría del Caos, algo que para los críticos en una visón sin reglas, pero también en esta condición posmoderna, como proceso de transición en las búsqueda de nuevos horizontes sociales y culturales, así mismo vemos que en la perdida de la razón, genera “crisis” de pensamiento y a su vez “fuerza” en una búsqueda de nuevos ideales y valores.
En el espacio-tiempo contemporáneo, nos encontramos inmersos en una Teoría Crítica, como alude Picó: que la teoría crítica se muestra incapaz de sugerir una praxis (p.16), bueno, pero Jay afirma que en ese momento la teoría de la crítica, no es la única forma para llegar a la práctica. También en una posición anti racionalistas sostenida por Nietzsche (1844-1900), lo que supone: un rechazo histórico del patrimonio de la modernidad (p.17), en una “tragedia” en des-construir los “prejuicios morales”, a manera de elevarnos en valores trascendentales de la vida y los valores. En una crítica de errores, que desconfía de visiones globales al negar en un reconocimiento de la racionalidad histórica.
En la tercera parte de su texto introductorio, Picó indica, que las contradicciones de la razón ilustrada, tiene como discurso unificador las obras literarias y artísticas, enumera sus representantes como Baudelaire, Simmel y Benjamin, como fuerza de expresión de las nuevas formas de “percepción”, Baudelaire con su dialéctica entre lo “transitorio y eterno”, Simmel en los “fragmentos fortuitos de la realidad” y Benjamin en “descifrar los significados del espacio social”.
Todo ellos en un discurso de unión, de lo que se podría decir como “una agrimensura de los pensamientos”, con el propósito de encontrar la esencia de la historia y de la propia “percepción”.
Charles Pierre Baudelaire (1821-1867), poeta y crítico francés, en su dialéctica de lo “transitorio y eterno”, lo cual Berman lo señala en el enfrentamiento de dos corrientes contrarias; la primera en una visón utópica entre la modernización material y la espiritual, ya la segunda que niega su propio progreso. El supone que la primera que sean más dinámicos, a través de la vida política y económica (burguesía), señalados como más abiertos a la creatividad artística e intelectual. En el caso de la segunda en el combate de los espiritual y del progreso materia, pero en esta dialéctica llega la idea de “depreciación” que son síntomas de la modernidad, que esa confusión según indica Picó, persiste hasta nuestros días, como contingentes de la modernidad. También este dualismo se ve a través en su ensayo El público moderno y la fotografía (1859) donde critica el gusto exclusivo por la verdad oprima el gusto por lo bello.
Georg Simmel (1958-1918), filosofo alemán, en su Filosofía del dinero, encuentra contingentes fugases y transitorios en la modernidad, también identificado por Baudelaire, la modernidad como experimento de la realidad social, que son “transitorias y fugases”, este experimento también “fortuito y arbitrario”, estos elementos transitorios, según él, son elementos centrales del pintor que sea fiel al “momento pasajero”.
Simmel indica que la filosofía del dinero, es una fuente de su teoría de la modernidad y explica: la unidad de esas investigaciones descansa sobre la posibilidad de encontrar en cada uno de los detalles de la vida la totalidad de su significado. (p.19).
Bueno creemos que Simmel, al colocar en su filosofía del dinero, como clave para su investigación como “hilos invisibles” de la realidad social, en efecto la realidad del dinero, obliga ciertos factores en direccionar comportamiento y actitudes, donde explica como experimento de la modernidad en lo “fortuito y arbitrario”.
Walter Benjamin (1892-1940), filosofo, crítico literario alemán, en “descifrar los significados del espacio social”, a través de una prehistoria de la modernidad, como fragmentos de la modernidad, podríamos estar pensando que los inicios de la modernidad, fue planteada en una “desacralización” cultural, de lo que es la Fe, cambiada por la razón y de los conceptos pre-moderno que se da por un deísmo (Dios es creador del mundo, nada es perfecto), en la idea de encontrar los significados sociales, a base de de imágenes dialécticas, como “fragmentos “ de la realidad.
También se inspira de las calles de París, en las acciones secundarias, el flaneur, casa de juego, la moda, etc. Creemos que la modernidad a los finales del siglo XIX, se contaba con una ilustración ya consolidada, por lo tanto se presentaban una “prospección” de los significados sociales, culturales, Recordemos a Denis Diderot (1713-1784), importante personaje de la Ilustración francesa, como enciclopedista y críticos de arte, en su Ensayo sobre la pintura y los salones (1766), en el Capítulo I, Mis peregrinos acerca del dibujo, donde explica a sus alumnos que la verdadera imagen (realidad) está en la calles, podríamos decir en las cosas simples de la vida y la sociedad, ya que la figura del “desollado”, era una mimesis de los que significaba para los Griegos a través de la figura de “Atinoo”, esto lo hacemos de modo analógico, en un espacio temporal de un siglo de diferencia.
También creemos en cada fragmento, quizás hoy pueda ser interpretado como una “micro-historia”, donde cada espacio de la ciudad, tiene aspectos comportamentales o de acciones en situaciones indistintas, donde cada sujeto, actúa bajo su entorno o medio donde él se desarrolla, claro bajo imágenes concedidas del entorno, el despertar de las falsas seguridades y los hábitos teoréticos, y mantienen una gran correspondencia con las preocupaciones de nuestra condición social. (p.24)
La busca de lo encubierto es un camino fragmentario que desvela la naturaleza discontinua de una experiencia moderna y las formas reificadas del mundo que experimentamos. (p.25)
La idea de París del siclo XIX, que además sus aspectos moda y de sus galerías, encuentra un significante de la antigüedad que se ven en la modernidad, como un examen de conciencia colectiva la “masa de la sociedad”.
Tanto Simmel como Benjamin, vieron el análisis de la moda: el eterno retorno de lo nuevo, sobre este punto la pareciera que existe un propio reciclaje en sus aspectos comportamiento, pero en realidad, es algo que se va y retorna, la historia como modo de cognición del propio aprender, algo que para nosotros tiene un significado “profundo”, la historia vista como ejemplo de virtud en la esencia de la propia historia, materia también afirmada por Picó en su acto introductorio del presente texto.
Para Haussmann que se enmarca en el momento (imperialismo) napoleónico, donde favorece al orden financiero?, una especulación, como en el juego de azar, y claro heredada por un comportamiento feudal. Una ilusión en sus “espacios-temporales”, fundada por la representación cosificadora de la cultura, en las formas de vida de su sensibilidad infundada.
Así también consideramos a Benjamin en un mundo de “ilusiones”: dominación del intercambio, producción y circulación de mercancías (p.27), y concluye Picó en el despertar de las imágenes dialécticas del sueño colectivo.
En las artes plásticas y la novela, según indica Picó (años 60 y 70) que rompe tradiciones de la estética mimética, encontrando así una creatividad e imaginación personal, por unos pocos “avant-grade”, para Lunn dice que la modernidad tiene características comunes, en este caso los artistas, escritores, compositores, tiene como parangón en una “auto reflexión estética”, en una forma de estructura narrativa o temporal, ya para Groz, en las diversas perfectivas de sentimientos de la clase social y la cultura, y concluye “el presente efímero y transitorio como el espacio del arte”.
Consideramos que esta “auto reflexión”, es el momento de una conciencia o de la mentalidad, en querer entender su propio “ser”, en la medida a un entendimiento de sincronismo con su medio vivendi, siendo modernistas de la reflexión, de los acontecimientos sujeto-objeto, en una crítica inmersa en la búsqueda de nuevos pensamientos, de la propia auto critica, nos parece que es algo inevitable.
Con relación a la novela, nos referimos a los modernistas, que este acto en un “momento psicológico”, como también en la modernidad temprana de Monet, al referirnos del cuadro “Impresión” de 1874, como los del impresionismo, cubismo, como lo expresa: (…) la multiplicidad paradójica del mundo, la ambigüedad, la incertidumbre (…) (p.28), esta percepción del mundo, hace fluir un nuevo sentido, en la forma de visualización de mundo con características de la organización de la sociedad, al concluir Picó diciendo: Renuncia a la organización jerárquica de los hechos (p.28)
Encontramos que el “modernismo”, crea un nuevo lenguaje urbano, relatado a través de novelas, textos, artículos, etc., en la visión de Haussmann, en el lenguaje urbano, este acontecimiento de las calles de la ciudad se representa en el mismo movimiento de las gentes, “circulación urbana”, los espacios físicos crean formas de conducta y de actitudes, asunto descrito diciendo: (…) la vida moderna se podrían encontrar, mezclarse y colisionar. (p.29), la mezcla de todo esto, en lo “imaginativo y lo real”.
Uno de los movimientos vanguardista más importantes en la modernidad, es la corriente del dadaísmo, descritos en sus producciones en el expresionismo, cubismo, futurismo, esto no muy definido en su condición vanguardista, y en rompimiento de pensamientos clásicos para las nuevas ideas, “un acto rebelde”, en lo que al final es la “creación”, pero también entendemos que en la primera guerra mundial, crea un sentimiento de conmoción (el desastre, la guerra, la enfermedad, la muerte, el dolor) para una mudanza de pensamiento, recordemos que el Proyecto Borbónico de Lima, el desastre producido en el terremoto de 1746 en Lima, mudo los aspectos de comportamiento de lo urbano (y arquitectura), y la sociedad colabora para estas mudanzas, en una acción crítica del pueblo, contra el poder eclesiástico y de los que dominaban la política, este pensamiento Borbónico, fue llevado a otras partes, pero en el caso de los Dadaístas y los Surrealistas, lo que querían era destruir los modelos anteriores, un anticonformismo latente que se debería llevar hacia un nuevo pensar, la única forma que encontraron fue a través de su arte, estos nuevos estilos del arte, abre nuevos estilos que evidentemente son reflejado en el pueblo, (…) su implacable avance por todo el siglo XX, cada nuevo estilo era un nuevo comienzo, un nuevo salto adelante. (p.31)
También en esa “percepción” de lo que es lo urbano, o sea la ciudad, creemos que se refleja en sus actitudes de vida, como lo explica el Dr. Martuccelli, en los “fragmentos de la ciudad”, descompuesta en partes, de pensamientos, y también de intereses locales, se podría decir como una micro-historia de la ciudad, donde cada espacio urbano crea sus características, que se vuelven interese políticos, pero si lo vemos en un ángulo de la teoría de la arquitectura que lo edilicio [nos referimos al edificio] está compuesta “partes-partes” y “partes-todo”.
Huyssen observa después de la segunda guerra mundial, en el arte abstracto ya había asimilado el mercado, y con esto el discurso de la crítica comienza a consolidarse en el arte, como dice Picó: (…) la búsqueda de expresiones culturales alternativas el modernismo domesticado en los años cincuenta (…) (p.32), la posmodernidad años sesenta se caracteriza por una imaginación temporal, creado una crisis y conflicto generacional, (…) un ataque a la separación entre el arte y la vida cotidiana: La vanguardia intenta así integrar el arte a la vida. (p.32). También se ve en la vanguardia del Pop Art (Warhol).
Al generar esta crisis, lo que se quería hacer era romper el pasado (histórico), cosa que no resuelve nada, y se vuelve a dar una mirada hacia el pasado, con la idea de recupera elementos, ideas, aspectos formales, técnicas y formas, como lo explica: Los artistas encuentran como único camino para hacer algo nuevo e pedirlo prestado al pasado. (p.35)
En el posestructuralismo francés de Lyotard, la teoría de la crítica alemana de Habermas y en Bell la sociología neo-conservadora, esta se le atribuye el peso de la disolución de la ética protestante, dividida en un individualismo competitivo al individualismo hedonista, divididas en tres órdenes (llamada de lógicas antinómicas) el hedonismo, la eficacia y la igualdad. En esta cultura posmoderna vista por Wellmer al cual lo denomina de “des-construcción y desenmascaramiento“de la razón ilustrada, como rechazo a lo ontológico filosofía occidental, y una obsesión epistemológica con los fragmentos o fracturas y un compromiso ideológico (en política, sexo, lenguaje).
La distinción que hace Lyotard son: en el meta-relato de la liberación (Ilustración francesa) y de totalidad (Hegel en el marxismo alemán) y por otra parte el consenso se torna anticuado y sospechoso.
Para Habermas, lo ve en contra del legado del humanismo y la Ilustración, y crea una prueba de la diferenciación entre la ciencia, la moral, y el arte. – autonomía de segmentos, que actualmente dicen “que el iluminismo por más débil que sea, no puede considerarse el proyecto de la modernidad una causa perdida”, y propone su recuperación diciendo: (…) cuando se enderece el proceso racionalizador desde posturas teóricas de reconstrucción, y eliminen los aspectos patológicos (…) (p.41)
En la teoría de la acción comunicativa, Habermas, forja una síntesis dialéctica tratando la vida cotidiana (real) y los sistemas sociales, que solo podrían ser entendidos viendo como surgen los agentes sociales, en la racionalización comunicativa, y la dinámica de los procesos capitalista de la producción, esto claro para salvar como dice él: condición sine qua non de la democracia política.
Entonces quedan tres líneas, los conservadores (Bell) que no quieren ser contaminados por el modernismo cultural, que denuncian el proceso de secularización de los valores, en una vuelta a lo que era antiguamente; los des-constructores y posmodernos (Lyotard, Derida) que son en una multiplicidad de juegos y lenguajes; y por último los re-constructores reformistas (Habermas, Berman) donde trabajan en una reconstrucción racional de condiciones universales.
Queríamos concluir nuestros trabajo, diciendo que, a pesar que las condiciones sobre la modernidad se encuentran en un casi termino, por la pérdida de la “racionalidad”, y que actualmente (posmodernismo) se encuentra imbuido (inspirado) a través de la teoría de la crítica, algo que consideramos no totalizadora, más bien la crítica como cognición, y la representación artística sea “realista, simbólica o abstracta, lo importante que en ese pasado histórico (inicios o medios temporales) se pueda “rehacer” una nueva lectura historiográfica sea filosófica, sociológica o artística de lo que contamos sobre la modernidad (razón), o anterior a ella, para que los acontecimientos posmodernos (actuales) busquemos esos nuevos valores sociales y culturales, que nos permitan de alguna forma contar con una prospección o entendernos en el momento histórico de transición que vivimos.
En principio, enmarca la condición del proceso de los que es “modernidad” y la posición “posmoderna”, atribuye que hay un agotamiento en la “razón”, que implica en un cansancio, por consiguiente no genera nuevas ideas en la sociedad, citamos como ejemplo, que en el arte no establece nuevas normas estéticas. Como también de una “secularización” sin fronteras, y que todo esto puede llegar a una condición de subversión de la sociedad. Bajo nuestro punto de vista, en un casi termino o finalización de lo que es la modernidad, que nos ha ofrecido a través del tiempo (racionalidad) y por eso llegamos a un comportamiento eclético de lo que viene sucediendo, en caso de la arquitectura y su Teoría del Caos, algo que para los críticos en una visón sin reglas, pero también en esta condición posmoderna, como proceso de transición en las búsqueda de nuevos horizontes sociales y culturales, así mismo vemos que en la perdida de la razón, genera “crisis” de pensamiento y a su vez “fuerza” en una búsqueda de nuevos ideales y valores.
En el espacio-tiempo contemporáneo, nos encontramos inmersos en una Teoría Crítica, como alude Picó: que la teoría crítica se muestra incapaz de sugerir una praxis (p.16), bueno, pero Jay afirma que en ese momento la teoría de la crítica, no es la única forma para llegar a la práctica. También en una posición anti racionalistas sostenida por Nietzsche (1844-1900), lo que supone: un rechazo histórico del patrimonio de la modernidad (p.17), en una “tragedia” en des-construir los “prejuicios morales”, a manera de elevarnos en valores trascendentales de la vida y los valores. En una crítica de errores, que desconfía de visiones globales al negar en un reconocimiento de la racionalidad histórica.
En la tercera parte de su texto introductorio, Picó indica, que las contradicciones de la razón ilustrada, tiene como discurso unificador las obras literarias y artísticas, enumera sus representantes como Baudelaire, Simmel y Benjamin, como fuerza de expresión de las nuevas formas de “percepción”, Baudelaire con su dialéctica entre lo “transitorio y eterno”, Simmel en los “fragmentos fortuitos de la realidad” y Benjamin en “descifrar los significados del espacio social”.
Todo ellos en un discurso de unión, de lo que se podría decir como “una agrimensura de los pensamientos”, con el propósito de encontrar la esencia de la historia y de la propia “percepción”.
Charles Pierre Baudelaire (1821-1867), poeta y crítico francés, en su dialéctica de lo “transitorio y eterno”, lo cual Berman lo señala en el enfrentamiento de dos corrientes contrarias; la primera en una visón utópica entre la modernización material y la espiritual, ya la segunda que niega su propio progreso. El supone que la primera que sean más dinámicos, a través de la vida política y económica (burguesía), señalados como más abiertos a la creatividad artística e intelectual. En el caso de la segunda en el combate de los espiritual y del progreso materia, pero en esta dialéctica llega la idea de “depreciación” que son síntomas de la modernidad, que esa confusión según indica Picó, persiste hasta nuestros días, como contingentes de la modernidad. También este dualismo se ve a través en su ensayo El público moderno y la fotografía (1859) donde critica el gusto exclusivo por la verdad oprima el gusto por lo bello.
Georg Simmel (1958-1918), filosofo alemán, en su Filosofía del dinero, encuentra contingentes fugases y transitorios en la modernidad, también identificado por Baudelaire, la modernidad como experimento de la realidad social, que son “transitorias y fugases”, este experimento también “fortuito y arbitrario”, estos elementos transitorios, según él, son elementos centrales del pintor que sea fiel al “momento pasajero”.
Simmel indica que la filosofía del dinero, es una fuente de su teoría de la modernidad y explica: la unidad de esas investigaciones descansa sobre la posibilidad de encontrar en cada uno de los detalles de la vida la totalidad de su significado. (p.19).
Bueno creemos que Simmel, al colocar en su filosofía del dinero, como clave para su investigación como “hilos invisibles” de la realidad social, en efecto la realidad del dinero, obliga ciertos factores en direccionar comportamiento y actitudes, donde explica como experimento de la modernidad en lo “fortuito y arbitrario”.
Walter Benjamin (1892-1940), filosofo, crítico literario alemán, en “descifrar los significados del espacio social”, a través de una prehistoria de la modernidad, como fragmentos de la modernidad, podríamos estar pensando que los inicios de la modernidad, fue planteada en una “desacralización” cultural, de lo que es la Fe, cambiada por la razón y de los conceptos pre-moderno que se da por un deísmo (Dios es creador del mundo, nada es perfecto), en la idea de encontrar los significados sociales, a base de de imágenes dialécticas, como “fragmentos “ de la realidad.
También se inspira de las calles de París, en las acciones secundarias, el flaneur, casa de juego, la moda, etc. Creemos que la modernidad a los finales del siglo XIX, se contaba con una ilustración ya consolidada, por lo tanto se presentaban una “prospección” de los significados sociales, culturales, Recordemos a Denis Diderot (1713-1784), importante personaje de la Ilustración francesa, como enciclopedista y críticos de arte, en su Ensayo sobre la pintura y los salones (1766), en el Capítulo I, Mis peregrinos acerca del dibujo, donde explica a sus alumnos que la verdadera imagen (realidad) está en la calles, podríamos decir en las cosas simples de la vida y la sociedad, ya que la figura del “desollado”, era una mimesis de los que significaba para los Griegos a través de la figura de “Atinoo”, esto lo hacemos de modo analógico, en un espacio temporal de un siglo de diferencia.
También creemos en cada fragmento, quizás hoy pueda ser interpretado como una “micro-historia”, donde cada espacio de la ciudad, tiene aspectos comportamentales o de acciones en situaciones indistintas, donde cada sujeto, actúa bajo su entorno o medio donde él se desarrolla, claro bajo imágenes concedidas del entorno, el despertar de las falsas seguridades y los hábitos teoréticos, y mantienen una gran correspondencia con las preocupaciones de nuestra condición social. (p.24)
La busca de lo encubierto es un camino fragmentario que desvela la naturaleza discontinua de una experiencia moderna y las formas reificadas del mundo que experimentamos. (p.25)
La idea de París del siclo XIX, que además sus aspectos moda y de sus galerías, encuentra un significante de la antigüedad que se ven en la modernidad, como un examen de conciencia colectiva la “masa de la sociedad”.
Tanto Simmel como Benjamin, vieron el análisis de la moda: el eterno retorno de lo nuevo, sobre este punto la pareciera que existe un propio reciclaje en sus aspectos comportamiento, pero en realidad, es algo que se va y retorna, la historia como modo de cognición del propio aprender, algo que para nosotros tiene un significado “profundo”, la historia vista como ejemplo de virtud en la esencia de la propia historia, materia también afirmada por Picó en su acto introductorio del presente texto.
Para Haussmann que se enmarca en el momento (imperialismo) napoleónico, donde favorece al orden financiero?, una especulación, como en el juego de azar, y claro heredada por un comportamiento feudal. Una ilusión en sus “espacios-temporales”, fundada por la representación cosificadora de la cultura, en las formas de vida de su sensibilidad infundada.
Así también consideramos a Benjamin en un mundo de “ilusiones”: dominación del intercambio, producción y circulación de mercancías (p.27), y concluye Picó en el despertar de las imágenes dialécticas del sueño colectivo.
En las artes plásticas y la novela, según indica Picó (años 60 y 70) que rompe tradiciones de la estética mimética, encontrando así una creatividad e imaginación personal, por unos pocos “avant-grade”, para Lunn dice que la modernidad tiene características comunes, en este caso los artistas, escritores, compositores, tiene como parangón en una “auto reflexión estética”, en una forma de estructura narrativa o temporal, ya para Groz, en las diversas perfectivas de sentimientos de la clase social y la cultura, y concluye “el presente efímero y transitorio como el espacio del arte”.
Consideramos que esta “auto reflexión”, es el momento de una conciencia o de la mentalidad, en querer entender su propio “ser”, en la medida a un entendimiento de sincronismo con su medio vivendi, siendo modernistas de la reflexión, de los acontecimientos sujeto-objeto, en una crítica inmersa en la búsqueda de nuevos pensamientos, de la propia auto critica, nos parece que es algo inevitable.
Con relación a la novela, nos referimos a los modernistas, que este acto en un “momento psicológico”, como también en la modernidad temprana de Monet, al referirnos del cuadro “Impresión” de 1874, como los del impresionismo, cubismo, como lo expresa: (…) la multiplicidad paradójica del mundo, la ambigüedad, la incertidumbre (…) (p.28), esta percepción del mundo, hace fluir un nuevo sentido, en la forma de visualización de mundo con características de la organización de la sociedad, al concluir Picó diciendo: Renuncia a la organización jerárquica de los hechos (p.28)
Encontramos que el “modernismo”, crea un nuevo lenguaje urbano, relatado a través de novelas, textos, artículos, etc., en la visión de Haussmann, en el lenguaje urbano, este acontecimiento de las calles de la ciudad se representa en el mismo movimiento de las gentes, “circulación urbana”, los espacios físicos crean formas de conducta y de actitudes, asunto descrito diciendo: (…) la vida moderna se podrían encontrar, mezclarse y colisionar. (p.29), la mezcla de todo esto, en lo “imaginativo y lo real”.
Uno de los movimientos vanguardista más importantes en la modernidad, es la corriente del dadaísmo, descritos en sus producciones en el expresionismo, cubismo, futurismo, esto no muy definido en su condición vanguardista, y en rompimiento de pensamientos clásicos para las nuevas ideas, “un acto rebelde”, en lo que al final es la “creación”, pero también entendemos que en la primera guerra mundial, crea un sentimiento de conmoción (el desastre, la guerra, la enfermedad, la muerte, el dolor) para una mudanza de pensamiento, recordemos que el Proyecto Borbónico de Lima, el desastre producido en el terremoto de 1746 en Lima, mudo los aspectos de comportamiento de lo urbano (y arquitectura), y la sociedad colabora para estas mudanzas, en una acción crítica del pueblo, contra el poder eclesiástico y de los que dominaban la política, este pensamiento Borbónico, fue llevado a otras partes, pero en el caso de los Dadaístas y los Surrealistas, lo que querían era destruir los modelos anteriores, un anticonformismo latente que se debería llevar hacia un nuevo pensar, la única forma que encontraron fue a través de su arte, estos nuevos estilos del arte, abre nuevos estilos que evidentemente son reflejado en el pueblo, (…) su implacable avance por todo el siglo XX, cada nuevo estilo era un nuevo comienzo, un nuevo salto adelante. (p.31)
También en esa “percepción” de lo que es lo urbano, o sea la ciudad, creemos que se refleja en sus actitudes de vida, como lo explica el Dr. Martuccelli, en los “fragmentos de la ciudad”, descompuesta en partes, de pensamientos, y también de intereses locales, se podría decir como una micro-historia de la ciudad, donde cada espacio urbano crea sus características, que se vuelven interese políticos, pero si lo vemos en un ángulo de la teoría de la arquitectura que lo edilicio [nos referimos al edificio] está compuesta “partes-partes” y “partes-todo”.
Huyssen observa después de la segunda guerra mundial, en el arte abstracto ya había asimilado el mercado, y con esto el discurso de la crítica comienza a consolidarse en el arte, como dice Picó: (…) la búsqueda de expresiones culturales alternativas el modernismo domesticado en los años cincuenta (…) (p.32), la posmodernidad años sesenta se caracteriza por una imaginación temporal, creado una crisis y conflicto generacional, (…) un ataque a la separación entre el arte y la vida cotidiana: La vanguardia intenta así integrar el arte a la vida. (p.32). También se ve en la vanguardia del Pop Art (Warhol).
Al generar esta crisis, lo que se quería hacer era romper el pasado (histórico), cosa que no resuelve nada, y se vuelve a dar una mirada hacia el pasado, con la idea de recupera elementos, ideas, aspectos formales, técnicas y formas, como lo explica: Los artistas encuentran como único camino para hacer algo nuevo e pedirlo prestado al pasado. (p.35)
En el posestructuralismo francés de Lyotard, la teoría de la crítica alemana de Habermas y en Bell la sociología neo-conservadora, esta se le atribuye el peso de la disolución de la ética protestante, dividida en un individualismo competitivo al individualismo hedonista, divididas en tres órdenes (llamada de lógicas antinómicas) el hedonismo, la eficacia y la igualdad. En esta cultura posmoderna vista por Wellmer al cual lo denomina de “des-construcción y desenmascaramiento“de la razón ilustrada, como rechazo a lo ontológico filosofía occidental, y una obsesión epistemológica con los fragmentos o fracturas y un compromiso ideológico (en política, sexo, lenguaje).
La distinción que hace Lyotard son: en el meta-relato de la liberación (Ilustración francesa) y de totalidad (Hegel en el marxismo alemán) y por otra parte el consenso se torna anticuado y sospechoso.
Para Habermas, lo ve en contra del legado del humanismo y la Ilustración, y crea una prueba de la diferenciación entre la ciencia, la moral, y el arte. – autonomía de segmentos, que actualmente dicen “que el iluminismo por más débil que sea, no puede considerarse el proyecto de la modernidad una causa perdida”, y propone su recuperación diciendo: (…) cuando se enderece el proceso racionalizador desde posturas teóricas de reconstrucción, y eliminen los aspectos patológicos (…) (p.41)
En la teoría de la acción comunicativa, Habermas, forja una síntesis dialéctica tratando la vida cotidiana (real) y los sistemas sociales, que solo podrían ser entendidos viendo como surgen los agentes sociales, en la racionalización comunicativa, y la dinámica de los procesos capitalista de la producción, esto claro para salvar como dice él: condición sine qua non de la democracia política.
Entonces quedan tres líneas, los conservadores (Bell) que no quieren ser contaminados por el modernismo cultural, que denuncian el proceso de secularización de los valores, en una vuelta a lo que era antiguamente; los des-constructores y posmodernos (Lyotard, Derida) que son en una multiplicidad de juegos y lenguajes; y por último los re-constructores reformistas (Habermas, Berman) donde trabajan en una reconstrucción racional de condiciones universales.
Queríamos concluir nuestros trabajo, diciendo que, a pesar que las condiciones sobre la modernidad se encuentran en un casi termino, por la pérdida de la “racionalidad”, y que actualmente (posmodernismo) se encuentra imbuido (inspirado) a través de la teoría de la crítica, algo que consideramos no totalizadora, más bien la crítica como cognición, y la representación artística sea “realista, simbólica o abstracta, lo importante que en ese pasado histórico (inicios o medios temporales) se pueda “rehacer” una nueva lectura historiográfica sea filosófica, sociológica o artística de lo que contamos sobre la modernidad (razón), o anterior a ella, para que los acontecimientos posmodernos (actuales) busquemos esos nuevos valores sociales y culturales, que nos permitan de alguna forma contar con una prospección o entendernos en el momento histórico de transición que vivimos.
Lima, 13 de Mayo de 2009
jvillavisencio@yahoo.com
Bibliografía
PICÓ, Josep, Modernidad y Posmodernidad, Alianza Editorial, Madrid, 1998. Introducción (Pp.13-49)
MARTUCELLI, Elio, Arquitectura para una Ciudad Fragmentada, Universidad Ricardo Palma, Lima, 2000.
DIDEROT, Denis, Essais sur la peinture, Traducción: Ensayos sobre la pintura (1766) – Pensées détachées sur pinture – Saloons, Traducción: Pensamientos plasmados sobre la pintura y los Salones (1777), Editorial Tecnos S.A., Madrid, 1988.
GARCIA, Acosta Virginia, La perspectiva histórica en la antropología del riesgo y desastre – acercamientos metodológicos, Michoacán, 2004. (Pp.123-142)
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