martes, 6 de octubre de 2009

"La Modernidad: Ayer, Hoy y Mañana"

La Modernidad: Ayer, Hoy y Mañana.
Marshall Bermam (1)

Ensayo: Arq. Jorge Villavisencio O.

La experiencia del tiempo y el espacio de uno abre las posibilidades y también los peligros de la vida. Ser modernos es encontrarnos en su entorno, que nos promete aventuras, poder, alegría, crecimiento, transformación de nosotros con el mundo y que al mismo tiempo, amenaza con destruir, todo lo que tenemos, todo lo que sabemos, todo lo que somos.

Ser modernos atraviesa fronteras de la geografía, la etnia, la nacionalidad, la religión y la ideología. Todos esto es una unidad paradójica, la unidad por la desunión, arroga: una vorágine de perpetua desintegración y renovación, de lucha y contradicción, como dijo Marx “Todo lo sólido se desvanece en el aire”.
Sin embargo la modernidad en el curso de cinco siglos ésta ha desarrollado una historia rica y una multitud de tradiciones propias en deseo explora al mapa de las formas que pueden enriquecer nuestra propia modernidad a la vez podrían también oscurecer e empobrecer el sentido nuestro sentido de modernidad.
La producción, que se transforma en conocimiento científico en tecnología, crea nuevos entornos humanos y destruye los antiguos, acerela el ritmo de vida, genera nuevas formas de poder colectivo y de lucha de clases. El desarrollo dinámico, que envuelven y unen a las sociedades y pueblos más diversos.

A lo largo del siglo XIX, estos valores y visiones llegaron a ser agrupados bajo el nombre de “modernismo”, este presente estudio de la dialéctica entre la modernización y el modernismo.
Esta dividida en tres fases la primera fase del siglo XVI al siglo XVIII, donde las personas comenzaban a a experimentar la vida moderna.
La segunda fase comienza en 1790, con la revolución francesa y sus repercusiones, surge espectacularmente en la vida moderna. Esta época se toma como revolucionaria y genera insurrecciones explosivas en dimensión de la vida personal, social y política, y al mismo tiempo en el siglo XIX recuerda lo qu es vivir materialmente e espiritualmente, que no son muchos que son los absolutos modernos. Esta dicotomía hace la sensación de vivir en dos mundos al mismo tiempo.
La tercera etapa es la del siglo XX, este proceso de modernización abraca el mundo entero ya la cultura del modernismo que genera desarrollo que consigue triunfos espectaculares en el pensamiento y las artes.
En la primera fase de la modernidad, hay una tendencia arquetípica antes de la revolucione s francesa y americana de Jean-Jaques Rousseu, es la primera persona que utilizo la palabra moderniste que se usara en el siglo XIX y XX que va desde la ensoñación nostálgica hasta la introspección psicoanalítica.
Rousseu fue un hombre de grandes conflictos de su propia vida en tensión, pero de aguda sensibilidad, que empezaba a configurar la vida de millones de personas., Europa estaba al borde del abismo, en vísperas de alzamientos revolucionarios mas explosivos. En especial Paris.- Le tourbillon social. (2)
Rousseu hizo una novela “La nueva Eloísa”, su joven héroe, Saint-Preux, realizando un movimiento exploratorio.
Y escribe para su amada Julie el miedo que sentía por Saint-Preux, que experimenta la vida metropolitana como <
(1) BERMAN, Marshall, Todo lo sólido se desvanece en el aire. Siglo XXI, México, 1988, (Edición original en ingles, 1982)
(2) ROUSSEU, Jean-Jaques, Le Toubillon Social, p.468
Es un paisaje de maquinas a vapor, fabricas automáticas, vías férreas, zonas industrializadas, ciudades rebosantes que crecen de la noche a la mañana, con consecuencias humanas pavorosas como: el telégrafo, diarios, teléfonos y otros medios de comunicación de forma masiva.
Todo esto hace la idea del modernismo del siglo XIX, en que se escuchan voces como Nietzche, que lo consideran como una de las fuentes primarias de modernismo, pero K. Marx que normalmente no es asociado al modernismo.
Aquí K. Marx, que habla un ingles incorrecto, pero poderoso en 1856 (3) <>., así comienza <
(3) “Speache at the aniversary of the people paper”, en Robert C. Tuker, comp.,The Marx ande Engels reader, 2 ed., Norton 1978, pp.577-578.
En como éstos, <<>>. Por lo contrario, este valiente individuo <>.
Y sin embargo Niietzche no está dispuesto a vivir para siempre con este peligro. Tan ardiente como Marx, afirma que su fe en una nueva clase de hombres- <>, tendrá un valor y la imaginación para crear “nuevos valores” necesarios para los hombres y las mujeres modernas se abran camino a través de los peligros infinitos donde viven.
Es irónico y contradictorio que la propia vida moderna en nombre de los valores que la propia modernidad ha creado, esperar – contra todo están las heridas que destrozan a los hombres y las mujeres de hoy. Todos los grandes hombres de modernistas del siglo XIX –espíritus tan diversos como Marx, Kierkegaad, Whitman e Visen, Badelaire, Melvillw, Caryle, Stirner, Rimbaud, Strindberg, Dostoievki y mucho más – hablan en ese ritmo y tonalidad.

En el modernismo del siglo XIX y XX, en algunos aspectos se ha madurado y crecido encima de las esperanzas más desenfrenadas, como la pintura, escultura, poesía, novela, teatro la danza, en la arquitectura y el diseño, en los medios electrónicos y en las ciencias que no existían hace un siglo. Se puede decir que en siglo XX sea el más brillante y creativo, el modernismo se encuentra en las obras Garcia Marques, Cunningham, Grass, Kenzo Tange, Di Zuvero, Oscar Niemayer, Richard Foreman y otros que tanto nos enorgullecernos en un mundo que hay tanto por avergonzarse y de que temer.
Si prestamos atención a los pensadores y escritores de la modernidad del siglo XX y la comparamos con hace un siglo y los comparamos con hace un siglo, encontramos que la perspectiva se ha achatado radicalmente y que en el campo de la imaginación, los pensadores del siglo XIX eran al mismo tiempo, enemigos y entusiastas de la vida moderna.
El hecho de los escritos futuristas posteriores “buscamos la creación de un tipo no-humano para quienes se hallan abolido los sufrimientos morales, la bondad del corazón, el afecto y el amor, esos venenos corrosivos de la energía vital, interruptores de nuestra poderosa electricidad corporal” (4)
(4) MARINETTI, F. T. , traducido por R. W> Flint, en Futurist manifestos, p. 22.

El ordenador promete, mediante la tecnología una condición pestecostal de unidad y compresión universales. El siguiente paso lógico parecería ser (...) la superación de los lenguajes en el área de las conciencias cósmica general (...) La condición de <> que a decir de los biólogos promete la inmortalidad física, tal ves sea paralela a la condición de mudez que podía conferir una perpetuidad de paz y armonía colectiva. (5)

Los Futuristas deplorarían la escasa intensidad de la prosa, pero seguramente estarían encantados con al visión de la fabrica como un ser humano ejemplar que los hombres y mujeres deberían tomar como modelo para su vida.
El ensayo de Inkeles se Titula (6) y tiene por objetivo mostrar la importancia del deseo y la iniciativa humanas en la vida moderna. Pero su problema y el problema de todos los modernismos de la tradición futurista, es que, con unas maquinas resplandecientes y unos sistemas mecánicos que desempeñan todos sus papeles principales – igual modo cuando se cita anteriormente el sujeto de la fabrica -, al hombre moderno le queda muy poco que no sea que enchufar las maquinas.
En este estribillo familiar del siglo XX, compartido por quienes aman el mundo moderno y por quienes los odian: la modernidad esta construida por sus maquinas, de las cuales los hombres y mujeres modernos son meramente reproducciones mecánicas.
La visión afirmativa del modernismo fue desarrollada en los años sesenta del siglo XX por un grupo heterogéneo de autores que incluían John Cage, Marsall McLuhan, Susan Sontag, Richard Poirier, Robert Venturini y otros. Y en parte coincidió con la aparición del pop art. Sus temas dominantes eran que
<<>> (7)
(5) Understanding media: the extensión of man, Mc Graw-Hill, 1965, p. 80
(6) WEINER, Myron, The Modernization of Man, Basic Books, p. 1
(7) Cage, <> 1957, en Silence, Wesleyan, 1961, p. 12 <>, 1979, en Fiedler, Collected essays, Stein and day>> , 1971, vol. 2
Cuando un espíritu creativo como John Cage (6) aceptaba el apoyo del shah de Irán y montaba espectáculos modernistas a pocos kilómetros del lugar donde gemían y morían prisioneros políticos, la falta de imaginación moral no era solo suya. El problema fue que el modernismo pop nunca desarrolla una perspectiva critica que pudiera clarificar cual era el punto en que la apertura al mundo moderno debía detenerse y el punto que el artista moderno debe ver y decir, que algunos de los poderes de este mundo tiene que desaparecer. (8)
Como para Marx, Nietzsche y contemporáneos experimentan la modernidad como una totalidad en un momento que sólo una pequeña parte del mundo era verdaderamente moderna.
Paradójicamente, es posible que finalmente esos primeros modernistas nos comprendan – la modernización y el modernismo que constituye nuestras vidas – mejor que nosotros la comprendemos.
Entonces podría implicar que la regresión fuera de una manera de conquistar: que recordar los modernismos del siglo XXI.
Estos actos de recordaciones podría ayudarnos a restituir el modernismo a sus raíces, que se sustente y renueve, y que sea capaz de provocar aventuras y peligros que le esperan.
(7) Para un ejemplo de nihilismo pop en su forma despreocupada, vease monologo de humor negro de Arquitecto Philip Johnson, entrevista por Susan Sontag para la BBC en 1965.
Lima, 7 de Noviembre de 2007.

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