miércoles, 18 de noviembre de 2009

The new baroque time

La era neobarroca - Omar Calabrese

Sintesis y Comentarios: Arq. Jorge Villavisencio O.

En su libro, realza los aspectos de visión historia de la “cultura”, donde evidentemente lo “barroco”, tiene un lugar en el territorio de la arquitectura y el urbanismo.
Como lo explica Calabrese,… es decir: buscar las huellas de la existencia de un “gusto” de nuestro tiempo por los objetos más dispares, desde la ciencia hasta las comunicaciones de masa, desde la literatura hasta filosofía, desde el arte hasta los comportamientos cotidianos. (p.11), podemos decir que esta ambigüedad de relaciones, en nuestro caso la arquitectura y su ciudad, que creemos que hay una dicotomía en las confrontaciones de las formas espaciales, de tiempo y de su historia.
Entendemos que Calabrese presenta como descripciones de los fenómenos de la cultura contemporánea, y busca las formas de “mentalidades”, que puedan emitir juicios valorativos y situaciones del “gusto” y de “cualidades”, para esto afirma que las conexiones deben ser hábilmente señaladas si son intencionales o no, ya que en el segundo caso se deduce la descripción de fenómenos e intencionalidad del autor.
Nos parece que en el texto hay una exaltación a la pregunta ¿Pero existe, y cuál es el gusto predominante de este tiempo nuestro, tan aparentemente confuso, fragmentario, indescifrable?, y responde: Yo creo haberlo encontrado y propongo para él también un nombre el “neobarroco”, pero en sentido que le da de “aire de tiempos”.
Para esto se asocia teorías científica y de fenómenos como catástrofes, fractales, estructuras disipadoras, teoría del caos, teorías de la complejidad, etc., con ciertas formas de arte en fin, lo que pertenece a la esfera de la cultura, pero es interesante como expresa que lo neobarroco según él: consiste en la búsquedas de las formas, y en su valorización en la que asistimos a la perdida de la integridad, globalidad, sistematización, ordenada de cambio de inestabilidad, de la polidimensionalidad, de la mutabilidad. (p.12), para esto analiza que si estamos en condiciones de verificar “semejanzas” y “diferencias”, y explica que una forma, es decir un principio de organización abstraído de los fenómenos que preside sus sistema interno de relaciones y ambiciona el descubrir el gusto de nuestros tiempos, porque la elección de describir la forma de los fenómenos culturales corresponden a la naturaleza de la teorías empleadas. La decadencia de cierta forma de racionalidad, alude, Calabrese “no puede tener como consecuencias la liquidación de la racionalidad”, sobre esto creemos que el giro histórico y de las nuevas formas de visión embutidas del pensamiento histórico occidentalista “cultural”, pensamos que está enraizado, por lo tanto genera más crisis de pensamiento, cuando podríamos advertir que este “aire de tiempos”, es el contraste y las diferencias que enriquece una “identidad” de la arquitectura, su ciudad y su territorio.

Al dar un orden en el texto, él cual empieza con la cuestión de la “época” (La periodización constituye muy a menudo un elemento central del debate entre los historiadores). (p.17), y en efecto la cuestión del concepto “época” o “periodo”, contrasta con muchos de los modos tradicionales de entender y fluir los acontecimientos., pero también al atribuir una homogeneidad y una peculiaridad al tiempo del que somos contemporáneos.
Plantea también, que el problema también radica, al definir con precisión el punto de vista elegido y lo que le es pertinente, sobre bases de articular el criterio de coherencia de los fenómenos analizados, como ocurría en la Edad Media donde lo barroco era: intrincado, absolutista y enigmático (p.20). Para esto existen “caracteres”, “epistemas”, “mentalidades” de la época y son reconocibles por cuanto son redes de relaciones entre objetos culturales.
Porque según Calabrese: no existe una objetividad inmediata de los hechos, sino que existe solamente coherencia de perspectiva con las que los interroga, del horizonte dentro de la cual se estimula para que respondan. (p.24). Esto también sirve para el receptor donde podrá valorizar como “publico” y se hará una sociología o psicología, considerando los efectos de ciertos mensajes como lo abstracto, construido según una estrategia comunicativa y una pragmática ilustrará los modos a ser demandados por un texto.
El término “neobarroco”, en principio estaríamos pensando en algo como “el nuevo barroco” en una forma contemporánea, de que se ha atribuido en forma desnaturalizado el significado original (p.28), Para Paulo Portoghesi: el sector “posmoderno” empezó a querer decir algo ideológicamente exacto, en la rebelión contra los principios modernistas del Movimiento Moderno: funcionalismo y racionalismo.
La Tesis general de Calabrese es: la de que muchos importantes fenómenos culturales de nuestro tiempo están marcados por una “forma” interna específica que puede evocar el barroco. (p.31), para nosotros es considerable al decir que “el barroco llega a ser casi una categoría de espíritu. Para Luciano Ancheschi las posiciones formalistas hay siempre una contradicción no resuelta entre el concepto de lo abstracto de estilo o de forma artística y su colocación material. Y así al llamar de “barrocos” un acontecimiento cultural cualquiera, el procedimiento es la comparación con el evento históricamente definido, aunque sea, quizás a través de los principios formales.
Ref. CALABRESE, Omar; La era neobarroca, Editoral Cátedra, Madrid, 1994.

Lima, 11 de Noviembre de 2009.
jvillavisencio@yahoo.com

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